Todos buscamos nuestra media naranja, ese amor increíble que nos complete la vida. De que lo busquemos a que lo encontremos es otra cosa, pero nadie me puede decir que no lo buscó o piensa encontrar a futuro esa mitad mágica que nos haga felices. Cada uno tiene su propia idea de lo que representa esa parte que nos está faltando. Hay películas y canciones para cada situación, pero muy poco arte se dedica a hablar del rol que nosotros cumplimos en la ecuación:
Si esta mitad de la naranja no está bien, no hay media naranja que nos pueda completar.
¿Cómo podemos ser la media naranja de alguien si no estamos bien? ¿Se merece la otra persona tener una mitad de fruta podrida al lado? ¿Por qué nos preocupamos tanto por complementarnos con algo externo en vez de tratar de mejorar desde adentro?
Estuve pensando bastante en la respuesta para todas estas preguntas y llegué a la conclusión de que es mucho más fácil ponerle la responsabilidad a otro en vez de hacernos cargo de nuestros problemas. Si una relación no funciona es porque nuestra pareja era mala, histérica, celosa, abusiva, golpeadora, infiel, loca, y demás adjetivos. Son muy pocas las personas que pueden mirarse y determinar: 'la verdad que no resultó porque yo no estoy bien por tal, y tal motivo.' Casi siempre tiene la culpa el otro. Si bien hay casos de relaciones enfermizas, por lo general (y no me digan que no se puede generalizar porque justamente por eso se dice 'en general' en vez de 'siempre'), cuando no se dan las cosas, es mutuo.
El dicho 'mejor solo que mal acompañado' debería ser 'mejor solo que mal acompañado o que mal acompañar.' Si no estamos en condiciones de dar lo que una relación se merece, mejor ni nos involucremos porque es injusto para la otra persona. Esto va para relaciones amorosas como también para relaciones con amigos y familiares.
Una persona puede estar mal anímicamente (deprimido) o puede tener algunos conflictos con las relaciones. En el caso de estar mal por dentro puede darse por duda existenciales, dudas sobre el futuro, conflictos laborales, e infinidad de otras posibilidades. Por el lado de las relaciones con otros uno asume que las personas actúan racionalmente, pero la realidad es que todos nos dejamos llevar por nuestras emociones más de lo que nos gusta creer. Principalmente hay dos cualidades que nos afectan día a día: el miedo y la avaricia (Douglas, 1990). El miedo nos paraliza y nos genera inseguridades: los celos, inseguridad con nuestro cuerpo, miedo a estar solos, etc. La avaricia también podría denominarse egoísmo, ponernos a nosotros primero sin importarnos el resto: cuando uno es infiel, cuando uno falta a un compromiso, rompe una promesa, no es considerado y demás.
Hasta el momento en que no podamos vencer nuestros miedos o dejar de lado nuestro egoísmo no vamos a poder ser la media naranja de nadie. Si no somos la media naranja de nadie, entonces tampoco podemos encontrar nuestra media naranja.
Esto no quiere decir que no deberíamos probar para aprender y también ir conociéndonos mejor. Nunca voy a saber si soy inseguro en pareja si nunca me pongo de novio. Nunca voy a saber si puedo respetar a mi pareja y serle fiel si nunca me comprometo a estar con una sola persona. Todos aprendemos de nuestras experiencias (no errores, los errores son falta de vivir diferentes situaciones). La realidad es que nos pueden explicar como se siente algo, pero hasta que no lo vivimos y pasa a formar parte de nuestra conciencia realmente no lo podemos entender por completo (Douglas, 1990).
Con Respecto a Mí
Por si leen esto mujeres con las que interactuo día a día: aclaro que no estoy buscando ni preocupado por encontrar mi media naranja. Simplemente la otra vez me di cuenta de que al no estar bien yo personalmente y al tener dudas existenciales con respecto a dónde vivir, entre otras, no puedo darle a una relación lo que la otra persona se merece.
Vale la aclaración porque si bien soy un hopeless-romantic tampoco eso quiere decir que quiera casarme, tener hijos y hacer vida de casado a los 23!
Me quedan muchas cosas para hacer por mi cuenta y mucho camino por recorrer.
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Fermín Carranza
fer me ecnata lo que escribis y estoy totalmente de acuerdo, me ha pasado! segui escribiendo!! azul
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