domingo, 28 de octubre de 2012

La Promesa Es La Que Mantiene El Amor

Un poco de Jefferson Bethke, más el River-Boca de hoy, y una nueva sección para aquellos que les gustaría leer algo, pero no saben qué.

Hace un tiempo salió un video de Jefferson Bethke llamado 'Why I Hate Religion, But I Love Jesus.' El video me llamó la atención y me puse a ver más cosas de él. Si bien no estoy de acuerdo con todo lo que dice, tiene muchas ideas importantes. Una de ellas la escuché en su video 'Sex, Marriage & Fairytales' donde dice que 'el amor no es el que mantiene la promesa, es la promesa la que mantiene el amor.' 

Enseguida me identifiqué con la frase porque va de la mano con muchas de mis creencias. Por un lado, si hay algo que me emociona es ver el compromiso de la gente para llegar a un objetivo. Esto es algo que saqué de mi casa, donde vi a mis viejos tan sólo dos o tres veces en su vida darse la mano y hacer un trato. Este pacto, este compromiso, significaba todo para ellos, y al apoyarse el uno con el otro, sabían que iban a salir adelante. Por otro lado, creo realmente en el poder de las palabras para crear y destruir.

Si bien la palabra 'amor' podría verse como muy específica, para mí es bastante abierta. El amor puede ser un sentimiento romántico hacia una persona, pero también puede ser un objetivo o un pacto. Lo más importante para mí es la palabra que le damos al otro de que puede confiar en nosotros, o la palabra que nos damos a nosotros mismos de no darnos por vencidos. 

El mundo está lleno de promesas vacías, las escucho día a día. Muchas veces las personas no se dan cuenta de la magnitud de lo que están comunicándole al otro y no es su intención fallar en su promesa, aunque muchas otras la gente hace promesas sin la más mínima intención de cumplir con lo que están diciendo. Todos alguna vez le dijimos a un amigo 'estamos en las buenas o en las malas' y no pudimos cumplirlo, y de hecho, hoy quizás ni nos hablemos con esa persona. Este tipo de promesa incumplida yo la considero de esas que cometemos sin intención alguna, la cometemos por no ponernos a pensar en la magnitud de lo que estamos diciendo. Si realmente uno considerara lo que significa estar en las buenas y en las malas, no lo diríamos tan seguido. 

En las relaciones amorosas también cometemos este error. Frases como 'hasta que la muerte nos separe' o 'para siempre' en realidad terminan siendo 'hasta que cambien mis sentimientos' (Bethke, 2011). Si bien al momento de hacer estas promesas quizás creemos que las vamos a cumplir, el tema, nuevamente, es que no nos ponemos a pensar en la magnitud de lo que estamos diciendo. Esto nos trae al siguiente punto: no nos ponemos a pensar en la magnitud que tiene nuestra selección de palabras para usar.

Las palabras tienen un gran efecto en las personas que las reciben. Si bien para uno tal vez decir 'inútil', 'fea', 'gordo', o demás no es gran cosa, para la persona que las tiene que escuchar pueden tener un significado completamente diferente al nuestro. Como escribí en el blog anterior, las personas reaccionan a las situaciones basado en experiencias previas y la connotación de las palabras varía según lo que uno ya vivió. Por ende, si a una persona le dicen gordo, feo, tonto, inútil y esta lo asocia con cualidades negativas (que por cierto, son palabras negativas e hirientes) y le generan inseguridad, estas palabras van a tener un efecto negativo. Si a una persona la trato mal lo suficiente, se lo va a terminar creyendo. El tema de las palabras lo sigo en otro blog porque si no me desvío mucho del punto que estoy tratando de establecer.

Volviendo a las promesas, deberíamos entender que una promesa y la palabra de un individuo solían tener muchísimo más valor que el dinero hace muchos años. Esto se debía a que en comunidades más chicas la reputación de una persona podría ser destruida enseguida de fallar a un compromiso y esto tenía grandes consecuencias. Hoy en día, los valores están bastante desfasados y la gente falta a sus promesas constantemente.

Hay que revaluar lo que significa el compromiso y empezar a hacernos cargos. Si no podemos cumplir, mínimo deberíamos hacernos cargo. Me indigna ver las personas que te fallan y luego desaparecen o no atienden el teléfono. Si uno no puede hacerse cargo de faltar a un compromiso tan simple como, por ejemplo, juntarse cuando uno visite cierta ciudad o país, ¿qué va a pasar cuando haya que faltar a un compromiso más importante? 

Además, si le fallamos a otras personas poniendo en juego nuestra reputación, ¿cómo no nos vamos a fallar a nosotros mismos? Cuando no podemos cumplir un objetivo enseguida nos excusamos. La realidad es que no estamos cumpliendo nuestra promesa de dar todo lo que podamos. Y al excusarnos, en vez de hacernos cargos de la falta de compromiso, ponemos todo afuera e inventamos causas externas.

Los sentimientos pueden cambiar constantemente, si en 23 años de vida empecé proyectos y los dejé, ¿qué me hace pensar que si no cambio mi perspectiva, a futuro va a ser diferente? Si me enamoré y me gustaron diferentes chicas mil veces, ¿por qué no le puede pasar a un adulto? Los que a pesar de los cambios de sentimientos pueden seguir cumpliendo con sus compromisos es porque entienden que el amor no es el que mantiene la promesa, la promesa es la que mantiene el amor.

El Super Clásico

El resultado del super clásico era obvio. Típico partido River-Boca destinado a un empate agónico. River jugando de local (aunque cada vez las localías valen menos) iba a arrancar mejor. El gol de entrada ayudo muchísimo a que se agranden los jugadores y Boca que venía jugando mal no pudo hacer mucho en el primer tiempo. En el segundo arrancó mejor Boca pero se fue emparejando hasta que River metió el segundo que parecía definitivo. El penal le vino perfecto al club Xeneize porque se puso a un gol del empate y vio que River se quedaba sin fuerza a causa de los dos cambios que tuvo que hacer desde muy temprano. Boca siguió luchando hasta la última y se llevó un empate que no merecía, pero así son estos partidos.

Libros para hombres y mujeres que son inteligentes pero no tienen el tiempo o la inclinación como para buscar un libro en Yenny, y que por ende, podrían usar una recomendación (o dos), y que, de ignorar dicha recomendación se van a sentir mal porque saben que una buena lectura mejora la calidad del individuo

El Libro: Bienvenido Dolor
El Autor: Pilar Sordo
Género: Psicología/Auto-ayuda
Básicamente: Habla del pesimismo existente en latinoamérica, la diferencia entre estar contento y ser feliz, aceptar el dolor y darnos cuenta de que no va a desaparecer. Mediante ejemplos de su vida, Pilar Sordo logra enfatizar con los lectores y habla de aceptar y aprender a llevar el dolor con nosotros para poder progresar.


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Fermín Carranza



martes, 9 de octubre de 2012

Esta Mitad de la Naranja

Un hecho en mi vida sentimental me hace ver que no hay que buscar exclusivamente nuestra media naranja. Si uno no está bien con su propia mitad, no se puede estar bien con nadie más.

Todos buscamos nuestra media naranja, ese amor increíble que nos complete la vida. De que lo busquemos a que lo encontremos es otra cosa, pero nadie me puede decir que no lo buscó o piensa encontrar a futuro esa mitad mágica que nos haga felices. Cada uno tiene su propia idea de lo que representa esa parte que nos está faltando. Hay películas y canciones para cada situación, pero muy poco arte se dedica a hablar del rol que nosotros cumplimos en la ecuación:

Si esta mitad de la naranja no está bien, no hay media naranja que nos pueda completar. 

¿Cómo podemos ser la media naranja de alguien si no estamos bien? ¿Se merece la otra persona tener una mitad de fruta podrida al lado? ¿Por qué nos preocupamos tanto por complementarnos con algo externo en vez de tratar de mejorar desde adentro?

Estuve pensando bastante en la respuesta para todas estas preguntas y llegué a la conclusión de que es mucho más fácil ponerle la responsabilidad a otro en vez de hacernos cargo de nuestros problemas. Si una relación no funciona es porque nuestra pareja era mala, histérica, celosa, abusiva, golpeadora, infiel, loca, y demás adjetivos. Son muy pocas las personas que pueden mirarse y determinar: 'la verdad que no resultó porque yo no estoy bien por tal, y tal motivo.'  Casi siempre tiene la culpa el otro. Si bien hay casos de relaciones enfermizas, por lo general (y no me digan que no se puede generalizar porque justamente por eso se dice 'en general' en vez de 'siempre'), cuando no se dan las cosas, es mutuo. 

El dicho 'mejor solo que mal acompañado' debería ser 'mejor solo que mal acompañado o que mal acompañar.' Si no estamos en condiciones de dar lo que una relación se merece, mejor ni nos involucremos porque es injusto para la otra persona. Esto va para relaciones amorosas como también para relaciones con amigos y familiares. 

Una persona puede estar mal anímicamente (deprimido) o puede tener algunos conflictos con las relaciones. En el caso de estar mal por dentro puede darse por duda existenciales, dudas sobre el futuro, conflictos laborales, e infinidad de otras posibilidades. Por el lado de las relaciones con otros uno asume que las personas actúan racionalmente, pero la realidad es que todos nos dejamos llevar por nuestras emociones más de lo que nos gusta creer. Principalmente hay dos cualidades que nos afectan día a día: el miedo y la avaricia (Douglas, 1990). El miedo nos paraliza y nos genera inseguridades: los celos, inseguridad con nuestro cuerpo, miedo a estar solos, etc. La avaricia también podría denominarse egoísmo, ponernos a nosotros primero sin importarnos el resto: cuando uno es infiel, cuando uno falta a un compromiso, rompe una promesa, no es considerado y demás.  

Hasta el momento en que no podamos vencer nuestros miedos o dejar de lado nuestro egoísmo no vamos a poder ser la media naranja de nadie. Si no somos la media naranja de nadie, entonces tampoco podemos encontrar nuestra media naranja. 

Esto no quiere decir que no deberíamos probar para aprender y también ir conociéndonos mejor. Nunca voy a saber si soy inseguro en pareja si nunca me pongo de novio. Nunca voy a saber si puedo respetar a mi pareja y serle fiel si nunca me comprometo a estar con una sola persona. Todos aprendemos de nuestras experiencias (no errores, los errores son falta de vivir diferentes situaciones). La realidad es que nos pueden explicar como se siente algo, pero hasta que no lo vivimos y pasa a formar parte de nuestra conciencia realmente no lo podemos entender por completo (Douglas, 1990). 

Con Respecto a Mí

Por si leen esto mujeres con las que interactuo día a día: aclaro que no estoy buscando ni preocupado por encontrar mi media naranja. Simplemente la otra vez me di cuenta de que al no estar bien yo personalmente y al tener dudas existenciales con respecto a dónde vivir, entre otras, no puedo darle a una relación lo que la otra persona se merece.

Vale la aclaración porque si bien soy un hopeless-romantic tampoco eso quiere decir que quiera casarme, tener hijos y hacer vida de casado a los 23! 

Me quedan muchas cosas para hacer por mi cuenta y mucho camino por recorrer.



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Fermín Carranza

Douglas, Mark. "The Disciplined Trader." New York Institute of Finance, April 1990.